Algo tremendo de este tiempo es que podemos dar rienda suelta a nuestras obsesiones sin pudor ni casi límites y, si así lo deseamos, sin testigos. En circunstancias normales me habría guardado estas vergüenzas para mí y mis más allegados, pero me sorprendo aquí aireándolo todo. Desde que empecé este ejercicio de rescatar lo mejor de lo disfrutado mes a mes, me ha divertido ir encontrando patrones, más o menos intencionados. Este tiene nombre y apellido. Y no estaba en mis planes, pero me he dejado llevar.
Como te contaba el mes pasado, vi por fin la segunda temporada de Good Omens. No es que no me haya gustado, porque no puedo decir eso si me he quedado pilladísima con sus diálogos, sus andares, sus gestos y microgestos, si me he revolcado en sus memes y sus GIFs (¿se puede una quedar a vivir en un GIF? Creo que sí, sobre todo si estás esperando a que escampe fuera) y me he puesto a estudiar la escaleta de sus dos temporadas para por lo menos aprovechar la ventolera. Estos últimos capítulos, ya sin el apoyo del libro del mismo título (1990) del añorado Terry Pratchett y de Neil Gaiman, pero desarrollado por el segundo para dar continuidad a estos personajes, van buscando el placer del espectador sin mucha más pretensión, aunque esto no sea poca cosa en absoluto; hay tramas que, con la excusa de redondear a los personajes y su relación a través de los siglos (y vestirles y peinarles de mil maneras, gracias siempre), se llevan todo el protagonismo del presente, que no sabe para qué sirven esas idas y venidas. Pero, ¿acaso me quejo? Por si tienes dudas: no. Entiendo que lo gozaron tantísimo haciendo la primera, que la conexión entre ellos dos fue tan de Big Bang que resultaba insoportable la idea de no juntarles una vez más. Y habrá una tercera, porque claramente esto es un segundo acto regulero para llegar, no me cabe duda, a un satisfactorio final. Pero hey, repito, en el barro me tiene esta gente: Michael Sheen y David Tennant dándolo todo, todísimo juntos y por separado (aunque mejor juntos), un universo tan sencillo pero tan bien montado que no te lo acabas si estás con ganas de buceo, y su poquito de blasfemia, que siempre va bien con todo.
No conocía el concepto de “novio de internet”, pero creo que se le aplica completamente. Qué fervor casi religioso, tan apropiado en estas santas fechas, cuánto poder tiene una comunidad (aunque cuánto miedo da el fandom), qué frenesí adolescente que creía ya olvidado. He decidido abrazar todo esto y entregarme, porque ha sido (está siendo) increíblemente divertido. Por suerte, su repertorio es variado y en general notable, así que es un recorrido agradecido. Y, la verdad, me alegro de haber abandonado tanto cinismo como he podido y simplemente disfrutar de lo que me encuentro.
Debió ser con Jessica Jones cuando me llamó la atención. Supongo que le había visto ya en la película que fuera de Harry Potter, pero de aquello no guardo ningún recuerdo. Para el 8M de 2016 colaboré junto a otras guionistas para escribir sobre ficción y feminismo, y yo acababa de ver esta primera temporada, en la que él interpretaba al villano. Y recuerdo comentar que me había impresionado y recibir como respuesta un “¿aterrador? ¡Pero si es el Doctor más majo! ¡Todo el mundo le adora!”. Años más tarde, puedo empezar a opinar.
(Lo bueno de revisar textos antiguos es ver lo que he mejorado escribiendo… y lo que ha avanzado el feminismo en estos años).
La sonrisa de Jessica
Jessica Jones (Netflix y Marvel, 2015) transcurre en el barrio neoyorkino-marveliano escenario de la colosal y testosterónica batalla final de Los Vengadores (2012); aunque sus protagonistas no lo pensaran, sus destrozos tuvieron consecuencias. Jessica (Krysten Ritter), alcohólica y con estrés postraumático, no tiene ahora más objetivo que salvarse a sí misma. Cínica y malhumorada, ejerce de detective privado para pagar el alquiler de su piso-oficina desastrado y con la puerta permanentemente rota. ¿Y no es eso peligroso para una chica joven y menuda, que vive sola, rodeada de vecinos locos, en esa gran ciudad llena de desconocidos?, pregunta preocupado un cliente, que busca a su hija adolescente desaparecida. La verdad es que Jessica tiene un superpoder, una fuerza sobrehumana, y no, una puerta rota no es su mayor problema.
Jessica es una superviviente. Escapó de una relación de abuso, maltrato y anulación de su voluntad por parte de su pareja. Por supuesto, esto es un cómic, así que él no puede ser otro que la némesis de la heroína, un villano terrorífico, sádico y despiadado que controla la mente de quien le rodea, y que viste siempre de morado y se hace llamar Kilgrave (David Tennant). Cuando Jessica, en proceso de reconstrucción de su nueva vida, se da cuenta de que él ha vuelto, sólo paraliza su instinto de salir corriendo porque se sabe la única capaz de evitar que Kilgrave destroce la vida de más chicas como destrozó la suya.
En un mundo de mujeres fuertes que dictan sus vidas y chicos guapos que se mueven –y se desnudan– en función de ellas, se invierten conscientemente roles y géneros tradicionales de este tipo de ficciones sin ahorrar en palizas o acción, exponiendo lo ridículo de los tópicos machistas. Jessica Jones será una superheroína, pero mantendrá su nombre y su vestuario. Luchará contra su terror más profundo, se expondrá de nuevo a Kilgrave para hacerle frente, airear sus inseguridades reales, mofarse de su nombre ridículo. Él, obsesionado, desea lo único que no puede tener: la verdadera voluntad de Jessica, que ella le quiera sin que él la obligue con su poder anulador. Y Jessica pelea con todo, su físico y su mente, para volver a ser dueña de sí misma y poder sonreír de verdad. Si ella quiere.
Ojo a las ganas que me están entrando de volver a ver esto. En fin, te dejo con lo mejor de mi mes, que tiene un protagonista y se llama, plot twist, “necesidad de evadirme de los difíciles acontecimientos de mi vida real”.
[ serie ] Staged (2020): pues eso, que tras ver la segunda temporada de Good Omens, o más bien tras vivir tanto de ellos y con ellos en Good Omens, necesito más adorabilidad… y esto se me junta con que llega este momento del año donde tengo aniversarios de diversos acontecimientos y tengo que mimarme cuanto pueda. Y Staged se ideó precisamente para dar confort en los momentos más duros del confinamiento en la primera temporada y durante la lentísima desescalada en la segunda. La tercera todavía no lo sé, porque me la estoy reservando; no quiero que se me acaben. Vi el comienzo de la gala de los BAFTA de este febrero, y sé que para mucha gente fueron las migajas (adorables migajas, benditas migajas) de un regreso que no será. Yo no estoy preparada para despedirme todavía. Pasar de Aziraphale y Crowley a Michael y David (o sus versiones de sí mismos) está en mi top de 2024, seguro.
[ teatro ] Hamlet (versión de 2009). Empecé el mes con ElMayor malito en casa el mismo día de su cumpleaños pobre mío y, sin pensarlo demasiado, me embarqué en esta obra de teatro de tres horas, grabada para televisión y que fue muy celebrada. Y con razón, si me preguntas. Por una vez opto por los subtítulos en español, porque este lenguaje me cuesta muchísimo, y con ayuda puedo más o menos intuir cómo lo están diciendo en inglés. Y entre mimos y apiretales ALUCINO con lo que aquí se dice. Porque la historia me era conocida, pero nunca la había escuchado en su versión original. Y qué ganas me han entrado de volver a leer a Javier Marías, que hacía una trama de novela dándole vueltas y vueltas a un solo verso. ¿He descubierto en 2024 que Shakespeare escribía bien? Es posible. Aquí se recurre a algo ya habitual que es respetar el texto original pero darle un vestuario y un entorno actual, con gestos y miradas menos solemnes, con un contexto en suma que ayuda a comprender la acción y también las reflexiones, que nos demuestran que lo verdaderamente humano permanece invariable, que estos no son problemas de gente antigua… salvo que nos topemos con, ah, las mujeres, esa minoría. “Estaba yo en mi alcoba cosiendo…”, dice la virginal Ophelia, vestida con vaqueros. En la fecha en la que escribo esto, estoy volviéndola a ver, escena a escena, masticando el texto cuanto puedo. Me lo estoy pasando muy bien.
[ teatro ] Much Ado About Nothing (versión de 2011). Empecé por esta senda y ya no he sabido, ni querido, parar. Se trata de otro texto clásico de Shakespeare, comedia en este caso, teatralizado para el público de hoy. Por favor, que me he reído a carcajadas, y eso que me pierdo un porcentaje importante de los diálogos porque, en fin, han pasado cuatro siglos. Ahora comprendo mejor algunos puntos de, por ejemplo, los enredos de Frasier, por no irme muy lejos. Les quiero muchísimo a los dos, aunque a Catherine Tate la acabe de conocer. Sé que me voy a volver a encontrar con ella en unas semanas (con ambos juntos, en realidad, entiendo que manteniendo esta genial dinámica entre ellos) y estoy preparada para gozarlo todo. ¿Tenemos además al dúo Tennant-Shakespeare en Doctor Who, en Good Omens, con mil cruces de referencias entre ellos, y acaban de premiar a este señor por el McBeth que ha representado estos meses, junto a mi querida Cush Jumbo? Sí, sí y sí. Buscaré más de todo esto, porque si yo puedo ir lo justo al teatro, el teatro tendrá que venir a mí.
[ serie ] como doblador de animación le tenía muy reciente por Ahsoka (2023) este pasado verano (qué adorable es su personaje y qué regalo le hacen, dándole una de las frases más emblemáticas de toda la franquicia de Star Wars), pero ahora no me he resistido a escucharle con todo su acento escocés en el relanzamiento de Ducktales (oh-oh 🎵) (2017), de la que ya había escuchado cosas buenas. Tras un par de capítulos, decido que me guardo esta serie para verla en familia dentro de un par de años, porque todo apunta a que le ha sentado muy bien el lavado de cara.
[ serie ] otra adaptación de un clásico al siglo XXI es esta nueva versión de Around the World in 80 Days (2021) que he disfrutado también, teniendo en cuenta lo que es. Uno de los secundarios ahora es una mujer, la trama sentimental está completamente reformulada (y qué bien la encaja este señor…) y en América ayudamos a un sheriff negro contra el KKK en vez de matar a unos cuantos indios. Y que rabie quien tenga que rabiar. Tiene sus faltas (entiendo que es justo post-covid, quizás es ese rodaje que nunca llega al que se refieren en Staged) y en fin, es una serie familiar, pero esperaré la segunda temporada, que será el Viaje al Centro de la Tierra. Si llegan a una tercera con 20.000 Leguas de Viaje Submarino y tenemos a un Capitán Nemo a la altura (cof, cof, Michael Sheen), aquí les espero los años que hagan falta.
[ serie ] hablando del Covid, volví a la primera y la segunda temporada de Broadchurch (2013), que fue algo de lo que vi en mi confinamiento (recuerdo en qué capítulo estaba cuando recibí según qué noticias… y la dejé abandonada) y, tras ellas, termino ahora por todo lo alto con la tercera, tan didáctica y bien hecha como está. Irremediablemente, me tengo que reír cuando aparece Phoebe Waller-Bridge porque, aunque su temporada sea la más floja, su aparición en Staged pone la guinda a uno de mis capítulos favoritos, al menos hasta la fecha. Hardy y Miller (Millah, la maravillosa Olivia Colman), aunque no pueda soportar que no se cambie el apellido, van a mi nutrido Olimpo de los detectives. Cuánto les quiero.
[ serie ] Doctor Who (2005). Porque ya estaba yo tardando en llegar aquí, ¿no te parece? Tengo carrete para rato, pero tampoco me quiero a extender ahora. Y, aunque sospecho que muchas de mis frases a partir de ahora empezarán con “hay un capítulo de Doctor Who en el que…”, hasta hace nada para mí esta serie era esa a la que llegaba Abed de Community y llamaban “Inspector Space-Time”. Al menos yo no he empezado desde los sesenta, sino con el Noveno Doctor, que parece un punto accesible de entrada en este universo… y porque así me daba tiempo a familiarizarme con todo esto antes de que llegara él. Ahora estoy en la mitad de su era y bueno, voy a exprimirlo todo lo que pueda. Porque lo veo sabiendo que se marchará, pero es parte de la experiencia… y de la vida, claro, porque lo importante no son los aliens ni los viajes en el tiempo.
[ película ] Frost/Nixon (2008): no me iba a dejar tampoco algo de Michael Sheen si me venía bien. A él le tenía más ubicado (desde Masters of Sex o aquella trama discutible de The Good Fight, por ejemplo), pero al escuchar en Staged que nombraban esta película me pareció interesante redondear mi recorrido por el Watergate en el que he estado estos meses.
[ película ] Dune 2 (2024): sí, he hecho otras cosas este mes. Sigo pensando en esta maravilla. Aquí me extendí más, por si te lo perdiste y te apetece.
[ película ] Promising Young Woman (2020): la tenía pendiente, desde que fuera tan celebrada hace unos años. Es la primera película de su directora, Emerald Fennell, que las pasadas navidades estrenó Saltburn (2023) y consiguió que todos habláramos de lo mismo (y bailáramos lo mismo) durante aquella semana. En mi opinión, está mejor la primera: si vamos a masticar tanto las cosas, al menos no tomemos a la audiencia por tonta y riámonos juntas.
[ película ] Poor Things (2023): por fin. Tenía muchísimas ganas y no me decepcionó. Qué divertida, qué enfermita y qué incómoda de vez en cuando, volviendo siempre a la ternura y al optimismo, a pesar de todo. Y qué bien haber conseguido llegar sin saber nada. Gigante Emma Stone.
[ película ] Cruella (2021): y hablando de Emma Stone, que levanta personajes que no tendrían porqué interesar demasiado a estas alturas. Pongo a esta película en la misma categoría en la que coloqué Wonka (2023) hace unas semanas. Tengo claro que no son películas hechas para mí, pero que si me hubieran pillado con la edad adecuada habría flipado. Coincido en que su misma existencia es innecesaria, pero agradezco que, ya que las grandes decisiones mandan que hay que volver una y otra vez sobre personajes ya testados antes que innovar nada, al menos se haga bien y aporte un mínimo. Qué alegría volver a ver a Joel Fry (me encantaba en Our Flag Means Death) y qué bien se lo habrá pasado Emma Thompson.
[ película ] All of us strangers (2023). parece que no me marcho de UK. Tierna, desde la verdad, con actores a los que adoramos (Andrew Scott, Paul Mescal, Jamie Bell, Claire Foy). Con un relato generacional sin sentimentalismos ñoños con el que puedes llorar bien a gusto.
[ novela ] Quebrada, de Mariana Travacio. Hablando de hablar con los padres muertos. Dicen que esta novela (¿o son dos?) no aguanta demasiado bien una segunda lectura, y me lo creo. Pero he disfrutado muchísimo esa voz, esa musicalidad al ritmo de las pisadas, ese paisaje imposible (volví a recordar aquella exposición), los nombres simbólicos, el realismo mágico. Es lo primero que leo de ella y me creo que no sea el mejor, pero me ha gustado.
[ serie ] 3 Body Problem (2024): la más esperada del mes, supongo, aunque luego tampoco he percibido mucho entusiasmo. Yo no había leído los libros; empecé, pero no fui capaz de seguir… con la suerte de que para cuando he llegado a la serie estaba con la mínima información y pude disfrutar del proceso de conocer la historia, ir desvelando las capas de los diferentes misterios que se plantean. No quiero decir nada, ni siquiera nombrar los principios y teoremas reales en los que se basa, porque creo que irlo descubriendo sin saber cuál es el siguiente paso es su principal atractivo. Por lo que parece, el trabajo de adaptación le sienta bien, aunque no sea calcado punto por punto (o precisamente porque no lo es); parece evidente que había que humanizar a los personajes; Benedict Wong, se agradece muchísimo tu presencia. Conociendo los precedentes de David Benioff y D. B. Weiss, con la adaptación que hicieron de Game of Thrones, yo me fío de su criterio, a pesar de todo. A fecha de hoy todavía no se ha confirmado su renovación, por cierto, después de tanto revuelo. Veremos.
Sección peques.
[ película ] Aardman en general: empezamos hace años con Timmy Time, nos aventuramos tiempo después con Shawn the Sheep. En estos días les ha alucinado el genial y oscarizado The Wrong Trousers, de Wallace y Gromit (1993). ¿Pensarán mis hijos que el mundo es en stop motion? Y este mes además, apoyados en el interés que hay por los piratas, nos hemos atrevido con The Pirates! In an Adventure with Scientists! (2012) y le estamos sacando mucho partido (y ni confirmo ni desmiento que me enterara de su existencia a través del casting).
[ película ] Mi vecino Totoro (1988). Un hito gigante con el que soñaba desde antes de tener hijos: tal cual te cuento. Hemos visto esta joya en familia y la acogida ha sido genial. ¿Estoy llorando? No, tú estás llorando.
Bendita ficción, bendita fantasía, que viene al rescate cuando más la necesitamos.