🏆 #37 - Registrar el disfrute para disfrutar el doble + Lo mejor de (mi) enero del 24
Con más aciertos que miserias, por suerte. Marry me, Juliet!
Cuando he querido terminar de aterrizar de las Navidades y volver del abismo al que miré a los ojos las semanas previas, resulta que ya es marzo. Mejor tarde que nunca, desde luego.
Esta es una frase a la que me estoy aferrando más y más fuerte últimamente. Y también la de “mejor hecho que perfecto”, aunque me la digo más porque sé que es conveniente que porque la crea íntimamente, como quien reza un avemaría tras otro con la esperanza de conseguir así la fe. Además, es algo que debo trabajar en casa, no solamente por mí, sino porque la tutora de primero de Infantil ha dejado claro que es mejor atajarlo cuanto antes, porque, por si quedaba alguien por darse cuenta, lo tenemos desde ya.
Hace algo más de siete años me parecía que iba tardísimo apuntando sistemáticamente las películas que iba viendo; había quien llevaba, fácilmente, un lustro más, o dos, o incluso tres. Siempre intenté coleccionar entradas de cine, por ejemplo, pero nunca las guardé bien, la tinta se emborronaba… así que supongo que, cuando en algún momento de comienzos de 2017 me puse durante horas a marcar todas las películas que recordaba haber visto en mi vida, me habría gustado tener más datos. Pero ahora miro atrás y veo las más de 300 que he marcado y calificado desde entonces –bastante menos de las que me habría gustado, pero desde luego casi todas las que he podido, durante maternidades y dificultades varias–, aunque sea de esa forma tan simplona pero complejísima a la vez de reducir toda una película a un número de estrellas del uno al cinco, y me alegro muchísimo de haber conseguido esta constancia. Aunque insisto en que me da rabia, porque fueron justo los años anteriores cuando, con diferencia, más cine vi, entre la universidad y las experiencias de varios años en festivales de cine –y, qué diablos, el tiempo era casi todo para mí–, pero aquí tengo todo este último periodo y me alegro.
Las series creo que empecé a apuntarlas un poco antes, porque fue lo que más empecé a ver en esos años, pero en la plataforma que elegí no es tan sencillo repasar qué vi cuándo, a menos que me hubiera preocupado entonces de hacer alguna lista o algo similar, año a año por ejemplo, que sí hace la gente más metódica que yo, y ahora lo echo muchísimo de menos. Supongo que los datos deben estar ahí, pero quién tiene tiempo o suficiente interés como para sacar ahora algo de ellos.
Y los libros son mi asignatura pendiente, teniendo la concentración hecha añicos. También voy apuntando cuando me acuerdo, pero no soy nada constante ni para leer ni para apuntar. Hago propósito de enmienda.
Pero desde hace un tiempo sentía que necesitaba algo más. Como hablábamos hace ya meses, tenía la necesidad de profundizar un poco más en todo, no limitarme a tachar experiencias como si fueran solamente una más de las tareas de la semana. Y a principios de año, de este año natural, en contra de mis costumbres y manías1, empecé un diario para dedicar aunque fuera un par de párrafos a todo aquello que hubiera visto, leído o escuchado. Por supuesto, me habría encantado empezar en septiembre o, en fin, hace veinte años, pero ha sido ahora cuando me he visto con las ganas y la relativa disponibilidad de ponerme a ello. Es un cuaderno analógico, bastante más feo que muchos otros que guardo con mimo para quién sabe qué, pero quizás gracias precisamente a eso no le he dado más vueltas y me he puesto con ello sin pensarlo dos veces.
Ahora me parece que empiezo tardísimo, pero seguro que dentro de no mucho me encanta ver todo lo que he disfrutado y reflexionado, aunque no esté todo, ni llegue pronto ni esté perfecto.
1️⃣ Lo mejor de (mi) enero del 24
Otra de las consecuencias directas de este ejercicio es que ahora resulta sencillísimo echar un vistazo para recopilar, por ejemplo, lo mejor de lo que voy disfrutando. Así que, ya que está el trabajo medio hecho, me animo a ir compartiendo por aquí, mes a mes, lo que me va pareciendo más interesante. Cabe aclarar que no se trata de las cosas que hayan salido dicho mes, sino lo que yo he disfrutado ahora; si buscas actualidad este no va a ser siempre el mejor lugar para encontrarla. Y tampoco voy a desglosar aquí todo lo que “consumo”; si quieres curiosear en todo lo demás, con todos mis aciertos pero también mis miserias, te vuelvo a invitar a que visites mis varios perfiles (películas, series, libros2).
Por último, insisto una vez más en que no quiero contribuir al FOMO de nadie, así que si crees que tienes ya demasiado en tu lista de pendientes, siéntete libre de volver a esta sección en otro momento, o quizás nunca.
[ app ] AntennaPod. No es contenido, pero es un cambio para mi día a día. Google ha vuelto a hacer de las suyas y con el cambio de año decidió dejar de dar servicio a Google Podcast, que era lo que yo utilizaba. Así que busqué una alternativa (nunca me acostumbré a Spotify ni a otros más populares) y he acabado encontrando esta aplicación que me hace inmensamente feliz. Se nota que quien la ha desarrollado la usa y comprende las necesidades de quienes nos hacemos nuestra parrilla radiofónica particular. Cinco estrellas.
[ Cacharrito ] Mis cascos nuevos. No importa el modelo concreto (no me lo sé, me lo trajeron los Reyes), pero me resultan cómodos y, por fin ha llegado a mi vida la cancelación de ruido. Por esto mismo no puedo usarlos tanto como me gustaría, porque casi siempre hay algo de lo que debo estar pendiente, pero cuando noto que mi cabeza se vacía de todo eso que no sabía que estaba escuchando… ah, la paz.
[ Exposición ] Veneradas y temidas: el poder femenino en el arte y las creencias. Me dio incluso más de lo que prometía. Con la reserva de cómo habrá conseguido el British Museum todas estas piezas, es innegable el valor que tiene cada una de ellas… y todo lo que suma tenerlas reunidas y contextualizadas en un recorrido que hace todo mucho más comprensible y disfrutable. El libro de la exposición fue un autorregalo de navidad.
[ Exposición ] Aprovechando que gracias a la anterior tenía la entrada pagada, me acerqué a Horizonte y límite: visiones del paisaje, y gracias a esta casualidad me encontré con imágenes y reflexiones que me han acompañado en varias lecturas de estos meses. Muy interesante y algo parecido a viajar, según mis estándares de ahora. Sigue abierta hasta finales de marzo en CaixaForum.
[ podcast ] El podcast de Cristina Mitre 290 – La trampa de la felicidad y la psicología positiva (2024). Escuchar a Mitre y sus entrevistas a expertos siempre aporta, sea cual sea el tema. He aprendido muchísimo a lo largo de estos años gracias a ella, con la tranquilidad de que no invita a cualquiera. Este capítulo me pareció perfecto para empezar el año con un poco menos de tonterías y de presión sobre nosotras mismas.
[ podcast ] Deforme Semanal Ideal Total - Extrañas I (2023). Me dan siempre tanto que pensar que no las puedo escuchar en cualquier momento, así que suelo llevar algo de retraso respecto a su velocidad de publicación. Si no las conoces, no sé si este capítulo será el mejor para empezar; tampoco creo que sea el que más me ha gustado, pero es el que destaco este mes. Didácticas y divertidas, y a veces brújula moral (con cuidado, espérate a pillarles el tono antes de tomarte nada muy a pecho), son una fuente inagotable de recomendaciones. Para mí es una gozada siempre escuchar a mujeres tan inteligentes.
[ serie ] Revisionado de Frasier (1993). A ver cómo hago ahora para no soltar veinte párrafos sobre esto. Este otoño estrenaron diez capítulos nuevos de esta serie que, tras 11 temporadas (y unas cuantas más, si contamos las que estuvo este personaje en Cheers), terminó en 2004. Mi cariño hacia una de las series que me formaron me llevó a ver este experimento con mucho miedo, no lo voy a negar. Supongo que lo mejor que se puede decir de ella es que podría haber sido mucho peor. No es lo mismo, no puede serlo, ni se le acerca, y probablemente no tenga sentido que exista desde hace más de una década. Y falta el elenco original y no quiero indagar por qué, pero me lo imagino. Al terminar no pude evitar ponerme su primer capítulo, el de 1993, por enésima vez, ese que explican siempre para hablar de la creación de personajes en los cursos de guión. Y en fin, es que no hay color. Seguí y seguí viendo capítulos, y luego me vino este bache gigante a finales de año y me hice mi Wandavision particular; me quedé a vivir en este apartamento de Seattle con la familia Crane para pensar cuanto pudiera en los chistes que ya no se pueden hacer pero qué buenos son, las entradas de la ópera, las cenas de gala echadas a perder por enredos varios, los divorcios con millonarias y el slow burn que me enseñó lo que era un slow burn, aunque no supiera su nombre y que ah, cómo he disfrutado analizando ahora, línea a línea, mirada a mirada. Como nota al pie, cuando veía esta serie por primera vez, preadolescente supongo, los protagonistas eran claramente de la generación de mis padres… y ahora tengo yo su edad. Ok, discúlpame, que me voy al Club de Vino.
[ serie ] Julia (2022). Conocí al personaje histórico de Julia Child gracias a la película que protagonizaba Meryl Streep, Julie and Julia (2009) y ya me interesé por ella. Después, vi el primer capítulo de esta serie al estrenarse y me gustó, aunque no seguí. Ahora se me presentaba como la forma de seguir junto a David Hyde Pierce, que interpreta aquí al marido de Julia y que es para siempre en mi corazón Niles Crane, el hermano de Frasier. Y resultó genial comprobar que lo que más me disgustaba en 2024 de Frasier –que le perdono porque es de hace treinta años, pero que no se lo permitiría a una serie de ahora– es su constante mirada masculina –salvo unos momentos que tengo perfectamente señalados en el último tramo de la séptima temporada, por unos motivos muy concretos– y aquí queda subsanado más que de sobra y es maravilloso verle así. También está Bebe Neuwirth, la magnífica Lilith (cómo me ha ido ganando cada vez más este personaje), ex mujer de Frasier. Así que quizás Julia fuera la reunión de Frasier que necesitábamos, en realidad… sin Frasier. Me he reservado (chiste de cocina, je) la segunda temporada de Julia, que me temo que será la última, porque han anunciado su cancelación hace poco. Si no la veo todavía no tengo que decir adiós.
ni confirmo ni desmiento que en mis varias excursiones a agujeros de conejo haya dado con esta joya (si te van los musicales) del Spamalot de los Monty Python de 2005 en Broadway, con DHP como Sir Robin y Tim Curry como el Rey Arturo. Se ve fatal, pero es porque no debería verse en absoluto, así que perdón, pero se lo agradezco mucho a esa persona horrible que lo grabó en el teatro.
ahora pienso que quizás, hablando de la mirada masculina, un buen capítulo para empezar a escuchar de DSIT sea precisamente el de La Mirada, que se grabó en directo el año pasado y al que, por cierto, acudí de público.
[ serie ] The Bear (2022), la segunda temporada. Se estrenó este verano, pero yo la he visto en varias semanas entre diciembre y enero. Es tan intensa que, aunque la lancen entera, yo prefiero espaciarme los capítulos y, si me preguntas, es lo que te recomendaré. Debo aclarar que la empecé antes de que saliera la campaña de CK, así que me topé aquí con otra deliciosa (je) casualidad a mitad de mi temporada. Creo que no puedo aportar nada diferente a lo que ya se haya dicho de ella, a favor y en contra. De la serie, me refiero.
Por polemizar: ojalá hablaran más de El Bulli y menos de Noma.
Por quejarme de mis problemas del primer mundo: a mí también me emocionó mucho “Forks”, con el subidón tras esa navidad y, casualmente también, habiendo conocido pocos días antes la canción Love Story –con mis cascos nuevos, que escucho ahora en una pausa mientras edito esto– en mis intentos de comprender el fenómeno de Taylor Swift, pero podría jurar que en algunos restaurantes han hecho ver este capítulo a los trabajadores y me incomoda muchísimo que pretendan dar ese trato.
Como detalle: los premios que se está llevando The Bear en estos meses son todavía por la primera temporada, porque la huelga de guionistas ha descontrolado los calendarios.
[ película ] Bottoms (2023). Dónde estaba esta película durante mis años de instituto. Qué bien lo están haciendo las jóvenes en algunas cosas. Tampoco confirmo ni desmiento que llegara aquí por Ayo Edebiri (Syd de The Bear, episódica en Abbott Elementary adonde espero que vuelva alguna vez, guionista y cómica, y la mejor invitada que ha tenido SNL en bastante tiempo) y me quedara por todas las demás. Las muchachas de instituto ahora escucharán a Taylor, pero nosotras escuchábamos a Avril Lavigne, y por eso está totalmente justificado que Complicated aparezca en-te-ri-ta.
[ película ] Spider-Man: Across the Spider-Verse (2023). Le quité media estrella porque necesita otra película más para terminar la historia, y eso me molesta. Pero es absolutamente apabullante, excesiva y, a la vez, increíblemente detallista, también en lo humano. Y es totalmente coherente que sea así. No soy gran lectora de cómics, pero me parece que esto es lo que algunos, y más concretamente los de este universo, querrían ser de mayor. Y si el conflicto adolescente del protagonista no está aquí mejor contado que en cualquier otra parte, desde luego está muy cerca.
[ película ] The Philadelphia Story (1940). Uno de mis clásicos pendientes. El papel de la protagonista en la obra de teatro en la que está basada la película ya estaba escrito para Katharine Hepburn y se nota. Qué presencia y qué derroche. Y qué buenos eran ellos, Cary Grant y James Stewart. Y qué bien parece que lo pasaron. La casa de la familia riquísima a la que parodian estaba disponible para rodar en ella, pero la descartaron porque resultaba excesiva. En fin, otro lugar feliz al que volver.
[ película ] Anatomie d’une chute (2023). Sí: es tan buena como todo el mundo dice. Ella hace un papelón y está genialmente escrita, pero oye, espectador, tú también debes hacer tu parte; si escuchas lo que vas pensando según avanza la trama, tienes el broche de la película. Me encanta cuando pasa eso y sale bien.
[ película ] Perfect Days (2023). Agradezco haberla visto en el cine, porque sé que mi atención me lo hubiera puesto difícil de otro modo. Y es necesario entrar en ese ritmo, en esa cadencia, esa repetición, para encontrar el placer de todo ello. La premisa de la película ya era invitación suficiente para mí, pero era necesario mostrarlo de ese modo para poder experimentar la tesis: el orden tranquilo, el gusto por las rutinas del día a día, la felicidad cotidiana que nos vamos construyendo. Y sin heroicidades, gracias: sí, son baños públicos, pero seguimos estando en Japón. Según mi registro, solamente he visto otras dos películas de Win Wenders, pero siempre me han gustado.
[ novela ] La Bendición de la Tierra – Knut Hamsun (1917). Aquí otro ejemplo de que la forma del relato va acorde a la acción que cuenta. El tono austero, casi hosco, de la narración es el que se debe tener en esta tierra inhóspita para domesticarla sin morir, paso a paso, tronco a tronco, animal a animal, año a año. Gracias a la exposición de Horizonte y límite tuve imágenes en mi cabeza para ilustrar lo que leía. Y he aquí además otro ejemplo para no separar obra de autor, o para no olvidar al autor de cada obra: el hecho de que este señor fuese, quién sabe, un poco, o quizás bastante, nazi, o colaboracionista acaso, a mí me sugiere una capa más de significado en su idea del “progreso inevitable”, o de que se acaba saliendo adelante si trabajas lo suficiente –qué contemporáneo, hilémoslo con la entrevista de Mitre de la que hablaba antes–. Y que todo esto sea compatible con la crítica a la modernidad de hace un siglo, donde el dinero, invento del ser humano, es ajeno a la relación del hombre (y la mujer) con la tierra, y los quebraderos de cabeza y las inmoralidades que llevan consigo las ciudades.
[ proyecto ] Mi Diario de Disfrutado: queda más que dicho, pero para que conste en la lista. Me permite dedicarle dos minutos más de reflexión a todo, lo que muchas veces hace la magia. El impulso final fue Aisha Harris, de NPR Pop Culture Happy Hour, hablando de su cuaderno de 2023. Además, me he permitido que sea algo absolutamente personal, sin tapujos ni deudas de academia, así que me permitirá recordar más honestamente qué me pareció cada cosa en su momento y qué me llevó a ver qué otras cosas. Y, siendo sincera, este diario me retroalimenta las ganas de ser más activa y ver cosas más interesantes; porque a veces las ganas de contar algo es lo que nos mueve a realmente hacer ese algo, ¿o acaso estoy sola en esto? “Do it for the story”, decían en Girls –qué interesante revisionado tiene que tener ahora, por cierto–.
Pues sí que me cundió el mes, qué bien. Próximamente, Lo mejor de (mi) febrero del 24. Nos vemos.
Salud.
El año empieza en septiembre, estamos en la semana 27, la 42 es la última antes de las vacaciones de verano.
Siempre como Eteiss, para qué cambiar.